La lectura infinita
Viento del norte
Elena Quiroga
<< Volver al principio
De una narrativa rompedora, Viento del Norte aborda temas tan complejos como la incomunicación y la contradicción en el juego tortuoso del amor. A través de la vida de Marcela, una chica a la que la gente desprecia por ser fruto de una relación extramatrimonial, recorremos el mundo rural gallego con sus personajes aislados y víctimas de la sociedad de aquel momento. Asistimos a una una relación desigual pero no por la manida diferencia de clase sino precisamente -y éste es un acierto de Quiroga- por la falta de correspondencia de Marcela, que sitúa un veterano aristócrata en una posición de inferioridad. Además, nuevos acontecimientos darán un inesperado giro a la trama. Se trata, en suma, de una novela muy estimable en la que brilla la prosa lírica de la autora, hoy injustamente poco recordada.

p>Elena Quiroga de Abarca (Santander, 1921-La Coruña, 1995) fue una escritora con una extensa obra narrativa que, junto a la de otros escritores, jugó un papel clave en el auge de la novela española entre los años 50 y 60. Se la considera una de las voces femeninas más relevantes de su generación. Fue la segunda mujer en entrar en la Real Academia Española (1983), tras Carmen Conde.

Hija de José Quiroga Velarde, conde de San Martiño de Quiroga, se crio en Viloira (El Barco de Valdeorras, Orense), donde su padre tenían un pazo, la Casa Grande de Viloira.

Realizó sus estudios entre Bilbao, Barcelona y Roma, donde acabó la secundaria. Aunque no realizó estudios universitarios, Quiroga acudía de forma libre a clases que le interesaban. De estos esfuerzos surgiría su primera novela, La soledad sonora, en 1949.

Elena Quiroga publicó su primera novela a los veintiocho años, La soledad sonora (1949), en la que relata las aventuras de la vida de una mujer desde su adolescencia hasta su madurez. Un par de años después, presentó su siguiente novela, Viento del Norte (1951), que fue galardonada con el Premio Nadal 1950 y a la que siguieron muchas otras obras.

Quiroga no tuvo hijos y vivió a caballo entre Madrid y el pazo de Cea, en Nigrán (Pontevedra) donde sufrió una fractura de cadera que hizo que la hospitalizaran en La Coruña. Falleció el 3 de octubre de 1995, a los setenta y cuatro años de edad debido a un fallo cardíaco y encefalopatía hepática.