La lectura infinita
No te veré morir
Antonio Muñoz Molina
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Durante su juventud, Gabriel Aristu y Adriana Zuber protagonizaron una apasionada historia de amor que parecía destinada a durar para siempre. El futuro, sin embargo, tenía otros planes para ellos. Separados durante cincuenta años por un océano de incomunicación, ella atrapada en la España de la dictadura, él viviendo el éxito profesional en Estados Unidos, vuelven a encontrarse en el ocaso de sus días. Miradas, caricias, deseos acallados y viejos reproches dejarán paso entonces a la constatación de que la nostalgia de aquel primer amor lo es también de la persona que una vez fuimos. No te veré morir es una novela sobre el poder de la memoria y del olvido, la lealtad y la traición, los estragos del tiempo y la obstinación del amor y sus espejismos. La conmovedora historia de una pasión frustrada por la vida y un hermoso retrato de la vejez.

Paul Auster,  (New Jersey, 1948), creció en South Orange, Nueva Jersey. Su familia, de ascendencia judía y polaca, se mantenía gracias al trabajo de su padre, un hombre negocios. Esta figura paterna marcaría de un modo ambivalente la vida de Auster. A menudo, en muchas de sus obras lo describe como ese hombre al que aburrían los libros. Era esa persona que siempre se dormía al ver una película y al que su madre intentó abandonar después de la luna de miel.

Ya desde bien niño encontró oxígeno en los libros. El refugio de una biblioteca pública cercana le propició un universo de descubrimientos y un despertar. A los seis años, avanzó un par de cursos porque sus competencias en lectura y escritura eran muy superiores a los de su clase. Llegados los años de universidad, inició sus estudios de literatura francesa, italiana e inglesa en la Universidad de Columbia, Nueva York. Trabajó como traductor hasta la guerra de Vietnam, cuando se marchó a Francia.

Su primera novela, Jugada de presión, llegó en 1976 y apenas tuvo éxito editorial. No obstante, no se rindió. En 1981, cuando se casó con otra escritora, Siri Hustvedt, comenzó una época de gran creación que daría el mayor de los frutos: la trilogía de la Ciudad de cristal. El éxito fue rotundo y el nombre de Paul Auster empezó a brillar con luz propia entre el mercado editorial.

Auster, que además de escritor, también es guionista y director de cine, se ha convertido sin duda en uno de los más grandes autores norteamericanos contemporáneos.